1. Fase
1:
Esta
primera etapa se caracteriza por tener algunas pérdidas de memoria:
ocasionalmente se le olvidan algunas cosas, pueden perderse, olvidar sus citas
o nombres de personas. Estas pérdidas de memoria pueden pasar inadvertidas por
ser bastante leves pero con el tiempo pueden interferir en el día a día
de la
persona. En cuanto al comportamiento destacamos cambios de humor e incluso
enfados del enfermo cuando se dan cuenta que pierden el control de lo que les
rodeas. En esta fase realizan frases más cortas, mezclan ideas sin relación
directa, tienen problemas para encontrar palabras, aunque continúan razonando
adecuadamente.
2. Fase
2:
En
esta fase se agrava la situación y ya no hay duda de su diagnóstico. Disminuye
la memoria reciente y empiezan a producirse cambios de comportamiento más
acusados: agresividad, miedos, alucinaciones… El paciente pasa a ser más
dependiente, necesitando ayuda para el autocuidado, es incapaz de trabajar y se
muestra confuso con facilidad, necesitando una supervisión diaria de todo lo
que hace. Es cierto, que en esta etapa las rutinas o conversaciones
superficiales pueden verse conservadas pero cuando se profundiza empiezan a
aparecer dificultades. El lenguaje empieza a verse más afectado: repite frases,
no las acaba, le cuesta relacionar y diferenciar conceptos. Sus movimientos al
contrario que en la etapa uno donde siguen estando bien, en la fase 2 empiezan
a perder el equilibrio, tienen caídas espontáneas y necesitan ayuda para
deambular.
3. Fase
3:
En
la última fase, el paciente depende por completo de terceras personas para su
subsistencia. Necesita ayuda incluso para las tareas más básicas: comer,
limpiarse, moverse. La memoria empieza a perderse tanto la reciente como la
remota. No reconocen a sus hijos, cónyuges, etc...Su comportamiento es como el
de un niño pequeño: llora, grita, se agita, no comprende una explicación y
pueden tener periodos y comportamientos desinhibidos y agresivos. En cuanto al
lenguaje balbucean. Muchos pacientes permanecen rígidos y mudos. Les cuesta
controlar sus esfínteres, se atragantan, le cuesta tragar y no controlan sus
gestos. Aumentan las complicaciones y riesgos derivados de infecciones,
deshidratación, desnutrición, heridas por inmovilización, etc...En ocasiones,
la causa final de la muerte suele estar relacionada con alguna de estas
complicaciones.
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